lunes, 18 de octubre de 2010

Estos no son diccionarios en línea...

1 comentario:

  1. Pues, a pesar de lo gratificante de tocar un libro (o un diccionario) como objeto de culto, ¡menos mal que DICE es online!
    Dejo al lado las ventajas más científicas como el acceso a la información, la cantidad de información susceptible de ser descrita, la interacción usuario-diccionario, las múltiples ventajas de explotación de la información almacenada y demás.
    Y me voy a algo obvio y práctico: la muerte del radiocasete, del vídeo, de los disquetes y la llegada de los equipos multimedia y de los ordenadores.
    Queramos o no, vivimos delante de una pantalla de ordenador: escribimos de todo en una tela en blanco que aumenta nuestras diotrías, leemos desde periódicos hasta libros electrónicos, aprendemos otras lenguas con esos cursos anónimos que evitan que cada lunes tengas que contar al resto de compañeros qué has hecho el fin de semana...
    Y entonces,¿qué sentido tiene ocupar nuestras casas con diccionarios que ponen en peligro nuestras librerías de Ikea y doblan sus baldas sin compasión?
    Os lo dice una enamorada del objeto libro que se ve obligada a trasladar de la balda a la caja gran parte de sus tesoros del siglo XX para crear un mayor espacio vital en su casa ;-)

    Y ahora acabo con la parte de protesta sindicalista. ¿Por qué no disponemos de la versión electrónica de todo el material que han utilizado para todos los diccionarios de la foto? Alguien del mundo editorial nos lo tendría que explicar.

    Por cierto, si el dice sale en papel, me lo compro.

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